Esta es una historia de sacrificio, de amor y sobre todo de amabilidad. El adorado papá de Stephanie, restauró su Ford Sedan de 1936 cuando tenía 16 años. Rápidamente su carro se volvió el pequeño tesorito de su vida. Incluso, estaba tan orgulloso de su carro que lo llevó a espectáculos y ganó primer lugar en competencias. Pero en 1993, antes de dar paso al inicio de su familia, su padre decidió vender el auto. 20 años después esto es lo que pasó…

Cuando te encariñas con tu primer carro es como tu primer amor, ese primer logro, esa primera conquista, es por eso que el papá de Stephanie siempre estuvo fascinado con su Ford Sedan del 36. Poco antes de comenzar una familia él decidió vender el auto y así seguir con su vida.

Siempre se le quedó el recuerdo de su pequeño “bebé” y su hija cuenta que siempre ha hablando sobre el carro. Es por eso que en el 2013, Stephanie decidió buscar el auto de su padre… Aquel majestuoso Ford Sedan del 36. Su sueño siempre fue volver a conducir uno de esos legendarios carros.

Después de una larga investigación de encontrar el mismo carro, conseguir el dinero y hacer que lo envíen de un extremo a otro de Estados Unidos no fue ningún problema porque cuando veas la cara del señor… entenderás que ese esfuerzo se hizo por amor.

Su esposa le ocultó el secreto por mucho tiempo, hasta el día que su hija decidió revelarle la sorpresa. Ella dice que fue como una pequeña retribución a todo lo que su padre ha sido y le ha dado a Stephanie todos estos años. ¡Se lo merecía por ser un gran padre y un gran esposo!