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17 de enero de 2018

Olivia Newton-John y una desgarradora historia de amor

Parece ficción, pero es real. La estrella inicia el nuevo año de la peor manera: su ex, declarado fallecido hace más de una década, estaría vivo en México. En shock, reconstruye su vida afectiva junto a un magnate internacional, mientras sobrelleva nuevos síntomas de una grave enfermedad. Una vida digna de una tragedia teatral.

"Devastada y estupefacta". Así definió el círculo íntimo de Olivia Newton-John el estado de ánimo de la estrella al enterarse que su prometido, Patrick McDermott, declarado muerto en 2005, habría aparecido con vida en una playa de México. Aunque parezca una trama de ficción, se trata de una historia de amor auténtica, entre una celebridad y su novio camarógrafo. El cuento no podría ser más impactante. Un culebrón con todos los condimentos.

Ese enigma esencial
El amor atraviesa cada uno de los actos del ser humano. Militan tantas formas de canalizarlo, como personas decididas a abordarlo. Están los amores exitosos y los que fracasan. Los que hacen de la fidelidad, un culto y los que se energizan con la libertad de los permisos. Auténticos o interesados. El amor es una Matrioshka que se ramifica en varias. Una caja de pandora, que esconde lo previsible y también lo sorpresivo.

La historia personal de Olivia Newton-John estuvo -está- atravesada por un amor que transitó todos los matices por los que puede peregrinar este sentimiento. La estrella de la inolvidable Grease, junto a John Travolta, hizo de su paleta de colores afectiva una experiencia de matices extremos. Disfrutó de sus vínculos. No le temió a los prejuicios y se enamoró de quien quiso. Dejó de lado diferencias etarias y divergencias sociales. Ejerció el sexo a su modo. Olivia no se dejó amilanar por los mandatos familiares o los impuestos por la rebuscada industria del entretenimiento. Hizo y deshizo.
A los 69 años, la bella señora de origen australiano nacida en Cambridge es la autora de su propio clásico, aunque un capítulo se le fue de las manos, convirtiendo el libre albedrío creativo en pesadilla. Aquellas páginas de rúbrica propia comenzaron a ser manipuladas por un copyright externo y extraño. La novela rosa se transformó en thriller. Y lo romántico shakespeareano se desdibujó en tragedia griega. Una tragedia que Olivia hubiese querido que fuese digna de Esquilo o Eurípides, pero que es tan real al punto tal de ser ella misma su protagonista.

Tal para cual
La intérprete del hit de los ´70 "Have you never been mellow" se enamoró perdidamente de Patrick McDermott, un camarógrafo de origen coreano, con el que convivió desde 1996. Fueron muy felices juntos. Compartían todo. El entorno de ella no comprendía muy bien esa pasión desmesurada por este hombre que había irrumpido en su vida para cambiar sus hábitos. Aunque, nobleza obliga, todos reconocían que se la veía más joven y alegre. Olivia había recuperado cierta lozanía y un ritmo de vida casi adolescente.

Sus allegados confesaban que no estaba así desde los tiempos en los que había formalizado un feliz matrimonio con el actor Matt Lattanzi, padre de su hija Chloe Rose. Esta pareja la colmó de felicidad desde 1984 y a lo largo de once años, pero el desgaste lógico y la intensa agenda laboral de ella, fueron minando la relación que concluyó luego de varios intentos de recomposición.

Olivia no es mujer de estar sola. Funciona mejor en pareja. Incluso, en ese estado de enamoramiento, su carrera parece tomar nuevos impulsos. Será por eso que tan solo pocos meses después de la ruptura con Lattanzi, se enamoró del camarógrafo.

Newton-John lo tenía todo. Fama, fortuna, su estrella en el Hollywood Boulevard, una hija adorable y había encontrado el amor... ¿definitivo? Olivia creía eso, a pesar de que buena parte de su entorno desconfiaba de ese vínculo y de la honestidad de esa relación. "Ella no pudo superar su separación con Matt y encontró en el camarógrafo una excusa para vengarse", decían por lo bajo algunos de sus conocidos. Otros, afirmaban que era una forma de olvidarse también de los recuerdos que arremetían sobre aquellos tiempos de enfermedad.

Activista de la salud
En 1992, a Olivia se le declaró un cáncer de mama. A sus 43 años, la celebridad enfrentaba uno de los momentos más duros de su vida. Una mastectomía parcial y varias sesiones de quimioterapia lograron, dos años después, la remisión de la enfermedad. Paradójicamente, doce meses antes de que se enunciara su diagnóstico, fue la voz del Fondo Ambiental Colette Chuda, a partir de la muerte de la niña con este nombre a causa del cáncer. Y su propia enfermedad fue la que motivó que lanzara, en 1994, Gaia: one woman´s journey, un álbum con todas las canciones escritas por ella y con notable influencia en cuestiones humanitarias. No fueron pocos los eventos en los que participó como activa difusora de la prevención y cura del cáncer. Y, muy loablemente, ha donado regalías como autora, porcentaje de venta de tickets y discos para instituciones y campañas. En 2008 construyó el Olivia Newton-John Cancer and Wellness Centre en Melbourne, Australia. La estrella siempre ha sido una mujer comprometida, y aún más desde aquel diagnóstico de comienzos de los ´90.

Desgraciadamente, en junio del año pasado, Olivia anunció que el cáncer nuevamente acechaba a su cuerpo, esta vez, tomando el hueso sacro de su espalda. En una actitud que muchos discutieron, decidió encarar su cura bajo terapias y tratamientos naturales.

Y un día Patrick volvió
Olivia ya estaba repuesta de la primera aparición de su enfermedad. Había sido una batalla ganada cuando, en 2005, otro duro golpe afectaría a su vida. Esta vez, la desaparición en circunstancias extrañas de McDermontt, su pareja desde 1996.

Si algo caracterizó a la pareja de Olivia y Patrick fue la libertad para accionar y desarrollar cada uno su vida social sin asfixias. Siguiendo está lógica pautada de convivencia, el camarógrafo decidió, algo habitual: tomarse una jornada libre junto a sus amigos. El plan era interesante: realizar una excursión en el barco Libertad por la costa de California. Lo que comenzó como una travesía de pesca, terminó de la peor manera. Sin que nadie se diese cuenta, Patrick desapareció literalmente de la vista de sus 22 acompañantes.

La búsqueda fue infructuosa. De película. Sus amigos declararon una y otra vez que no sabían cómo había sucedido semejante cosa. El joven de ascendencia coreana se había evaporado del mundo. Digno de Ridley Scott. Newton-John conmocionó, lógicamente, ante semejante tragedia. Un hecho luctuoso que contenía todo lo desgarrador de su trama, pero también muchos puntos abiertos. Las dudas sembraron el caso. A lo funesto se sumó la incertidumbre. Todo fue, y es, un gran signo de interrogación. Fiel a su espíritu luchador, Olivia trabajó arduo para encontrar a su marido. Incluso, creó una página web para aglutinar posibles datos, búsquedas de testigos, en pos de localizarlo. ¿Los resultados? Negativos. En 2008, finalmente, se lo dio por muerto, aunque su cuerpo jamás fue encontrado.

Ese mismo año, el corazón de Olivia volvió a sucumbir ante el amor. Esta vez, el magnate John Easterling robó los suspiros de la estrella que no dudó en iniciar un nuevo vínculo, a pesar del reciente duelo por una ausencia inesperada. La pareja formalizó de manera exótica en la selva peruana. Aún hoy, Olivia y John continúan casados y gozan de una vida feliz, aunque sacudida por algunos sinsabores.
En 2017, no solo la salud de la intérprete de Xanadu volvió a trastocar la apacibilidad de su vida, sino que una noticia, que parece lindando la ficción, la sacudió como nunca antes. Otra vez el amor atravesándolo todo, pero esta vez con ribetes imprevistos. Pasaron más de 12 años del funesto episodio. Una tragedia que vuelve a la primera plana a partir de la revelación de dos medios de comunicación internacionales. La revista australiana New Idea afirmó que un hombre de contextura y rasgos similares a los de McDermott fue visto en el pintoresco pueblo mexicano de Sayulita, que balconea sobre el intempestivo Océano Pacífico. En este lapso hubo investigadores privados que siguieron trabajando, con lo cual la revelación periodística va en esa dirección. Se publicaron fotografías de una persona desalineada, pero parecida al camarógrafo. El programa Dateline de NBC, en tanto, también confirmó la versión y dijo haber encontrado al ex de Olivia junto a su nueva novia. Algunos reporteros dijeron que el camarógrafo les había pedido que lo dejaran de buscar.

¿Por qué él habría planificado su ausencia? Patrick, hoy de 59 años, al momento de desaparecer habría acumulado una deuda de varios miles de dólares, en gran medida conformada por la falta de pagos de manutención que correspondían a su hijo, fruto de una relación previa a Newton-John.

Con la desaparición, el chico habría podido cobrar un suculento seguro de vida de cien mil dólares dejado por su padre, declarado en quiebra al momento de partir en aquel ya mítico viaje en barco con sus amigos.

Olivia Newton-John prefirió mantener el perfil bajo ante semejante descubrimiento, pero quienes la conocen dicen que está totalmente deprimida. La posible aparición de su ex considerado muerto y el recrudecimiento de su enfermedad convirtieron su 2017 en un infierno. El millonario John Easterling es quien más la acompaña en esta etapa de su vida donde los viejos amores parecen escribirle una historia cuyas páginas ella no quiere firmar.

Culebrón televisivo, clásico literario, thriller cinematográfico o tragedia teatral. Más allá del género, las historias del corazón de Olivia Newton-John permanecen con final abierto tiñendo con rasgos que parecen de ficción, la más desgarradora realidad.

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