Muchos de nosotros perdemos de vista determinados aspectos que se entrometen en nuestro progreso. Es natural que suceda, pero si los tenemos en cuenta, se vuelve mucho más fácil evitarlos:

Lamentarse por el pasado

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¿Qué hubiera sucedido si en lugar de decidir esto hubiera optado por aquello? A menudo nos hacemos esa pregunta cuando algo no va de la manera en que queríamos, pero acaso, ¿tiene algún sentido? Lo que está en el pasado debe quedarse allí y lo único que tenemos que pensar es que por alguna razón se dio de esa manera.

Insistir con las relaciones tóxicas

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Muchas veces nos apegamos a alguien y nos cuesta mucho reconocer que nos hace daño. Por mucho que insistamos, a veces no podemos cambiar a alguien y la mejor solución es distanciarnos y dejarlos ir. Puede ser una decisión difícil de concretar, pero la sensación de liberación será gratificante.

Todo aquello que no suma, resta, ¡nunca lo olvides!

Poner excusas, una y otra vez…

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«Estoy demasiado cansado, hoy no tuve tiempo, lo haré mañana...». Frases como estas no son más que excusas que inventamos para postergar aquello que sabemos que tenemos que hacer. Pero un día sí será demasiado tarde y nos daremos cuenta de que todas las excusa nos privaron de alcanzar nuestros sueños.

Querer encajar

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Esto es algo con lo que casi todos los jóvenes se sienten identificados en algún momento. Cuando queremos agradar o simplemente tener alguien con quien pasar el rato, corremos el peligro de buscar en los lugares equivocados. En vez de acudir con quienes podemos ser nosotros mismos, intentamos convencernos de que tenemos que cambiar para que otros nos acepten.

Pero querer encajar en un grupo no solo es una pérdida de tiempo, sino que a veces puede hacernos sentir mal y privarnos de ser nuestra mejor versión.

Ser demasiado duro contigo mismo

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Cuando algo no va como lo planeamos, la mayoría de las veces nos culpamos a nosotros mismos. Nos castigamos pensando que no somos suficientes o que tendríamos que haber trabajado mejor para obtener eso que tanto queríamos.

Pero eso es lo peor que podemos hacer si queremos seguir adelante, ya que esta actitud no hará más que hundir nuestro estado de ánimo.

Permitir que triunfe el miedo

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Los miedos no están en otro lugar más que en nuestra cabeza. Es importante que los enfrentemos y luchemos contra ellos para que no nos impidan ir por nuestros sueños jamás. Piénsalo...¿qué es mejor: intentarlo o vivir para siempre con la incertidumbre?

Todos podemos afirmar que hemos tenido o tenemos al menos uno de estos hábitos en nuestra vida y hemos dejado que nos afecten. Pero es hora de reconocerlos y proponerte decirles basta; solo así podrás alcanzar la verdadera felicidad. Y nunca pierdas de vista que los malos hábitos son como una cama muy cómoda: fácil de entrar pero difícil de salir.

¡Anímate!