Por Javier García
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A las 21, puntual, empezó la intró de "Looney Tunes", pegado con "The Equalizer", la banda californiana tomó por asalto el escenario en el Gigante de Arroyito para hacer delirar a las 40 mil personas presentes, que desafiaron el frío y el viento que imperaba a metros del Paraná.

"Its So Easy" fue el tema que abrió la noche, al igual que en sus presentaciones en Lima y Santiago. Pegado "Mr Brownstone" y "Chinese Democracy" para que luego llegue el primer trompazo en al jeta con "Welcome to The Jungle" que, aunque vigente, demuestra que a la banda ya le han pasado los años furiosos,pero que han envejecido bien, sobre todo los engranajes musicales ya que, aunque con integrantes nuevos, los de Hollywood se las ingenian para sonar muy fuerte, prolijo y potente al mando del siempre "Guitar Hero" Slash.

El desafío mayor era para Axl Rose, que debía "reeditar" aquellos hitos vocales alcanzados en los 90, que le permitieron ser una de las voces de la década. Lo logró parcialmente, y brilló en temas como "You Could Be Mine", tema al que sólo el faltó que apareciera Schwarzenegger desde el aire.

La lista, que se extendió poquitito más de dos horas, fue un compendio de hits demoledores e inoxidables, como "Sweet Child O Mine", "Live and Let Die", "Civil War" y la grandiosa "November Rain". También, la sorpresa de "I Used to Love Her", que no sonó en el tramo sudamericano de la gira hasta ahora y el final, con los "guiños" entre los ex enemigos Axl y Slash en "Patience" y el riff furioso y pegadizo de "Paradise City".

Al finalizar el show, que pertenece al "Not In This Lifetime Tour", y con el estadio de Rosario Central a sus pies, los Guns rápido tomaron su avión y antes de las 5 AM aterrizaron en Ezeiza y se dirigieron al Hotel Faena, donde permanecerán durante sus días en Buenos Aires. El viernes y sábado harán temblar el Monumental, como sucedió en 1993, hace 13 años atrás.