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13 de octubre de 2016

Su mujer murió días después de internarse. Él escribió una nota que conmovió a todo el hospital

“Recordaré esa hora juntos por el resto de mi vida. Fue le mejor de los regalos… De verdad, tengo todo que agradecerles.”

No llenaré este post con nada más que lo justo y necesario, porque creo que es lo más puro que he leído en mucho tiempo. Mientras su esposa Laura tuvo que ser internada de urgencia por un ataque de asma, Peter DeMarco se encargó de hacerla sentir perfecta. Ella no sobrevivió y murió luego de una semana. Cuando esto ocurrió, Peter se dio el tiempo de agradecerle al staff del Hospital Cambridge CHA de Boston. Solo lean una de las cartas más conmovedoras que me ha tocado ver.

“Mientras comienzo a decirle a mis amigos acerca de los siete días que trataron a mi esposa, Laura Levis, en lo que terminó en ser sus últimos días de su joven vida, me paran cerca del quinceavo nombre que digo. La lista incluye doctores, enfermeras, especialistas respiratorios, trabajadores sociales…incluso el staff de limpieza que cuidó de ella.

Cómo recuerdas sus nombres, me preguntan. Cómo no lo haría, les digo.

Facebook/Peter DeMarco

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Cada día que trataron a Laura con tanto profesionalismo, cuidado y dignidad mientras ella estaba inconsciente. Cuando necesitaba inyecciones, se disculpaban porque le iba a doler un poco, no importaba si ella podía o no escucharlos.

Cuando escuchaban su corazón y pulmones a través del estetoscopio, y su vestido comenzaba a deslizarse, lo subían para, respetuosamente, cubrirla. Le ponían una cobija, no solo cuando la temperatura de su cuerpo necesitaba regulación, si no que también cuando el cuarto estaba un poco helado, y pensaba que ella dormiría más cómoda así.

  Facebook/Peter DeMarco

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Se preocuparon tanto por sus padres, ayudándolos a subirse en esas incómodas sillas que se reclinaban, dándoles agua fresca casi a cada hora, y respondiendo cada pregunta médica con increíble paciencia.

Mi suegro, un doctor como supieron, sentía que estaba involucrado en el cuidado. No les puedo explicar cuán importante fue eso para él.

Facebook/Peter DeMarco

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Entonces, está cómo me trataron a mi. ¿Cómo podría haber encontrado la fuerza para sobrepasar esta semana sin ustedes? ¿Cuántas veces entraron en la habitación y me encontraron durmiendo, con mi cabeza hacia abajo, descansando en su mano, y silenciosamente hicieron su trabajo, como si fueran invisibles? ¿Cuántas veces me ayudaron a poner la silla lo más cerca posible de su cama, entre el desastre de cables y tubos al rededor de su cama, para estar cerca solo unos pocos metros?

¿Cuántas veces vieron si necesitaba algo, desde comida a bebida, ropa limpia hasta una ducha, o preguntar si necesitaba una mejor explicación del procedimiento médico, o solo si necesitaba hablar con alguien?

  Facebook/Peter DeMarco

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¿Cuántas veces me abrazaron y consolaron mientras me rompía en pedazos, o preguntaron cómo era Laura en su vida personal, tomándose el tiempo de ver fotografías o leer las cosas que había escrito sobre ella?

¿Cuántas veces me dieron malas noticias con palabras compasivas, y tristeza en sus ojos?

Facebook/Peter DeMarco

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Cuando necesitaba usar un computador para un mail de emergencia, ustedes lo hacían suceder. Cuando lloraba con un visitante especial, nuestro gato, Cola, por un último pedazo de la cara de Laura, ustedes ‘no veían nada’. Y una tarde especial, me dieron la autorización de ingresar más de 50 personas amigos de Laura, desde amigos hasta colegas, alumnos suyos y sus familiares.

Fue una efusión de amor que incluyó música de guitarra y ópera, baile, y nueva revelaciones para mi sobre cómo mi esposa tocó a tantas personas. Fue la última mejor noche de nuestro matrimonio juntos, para nosotros dos, y no habría pasado sin su apoyo.

Facebook/Peter DeMarco

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Hay otro momento, de hecho una hora, que nunca olvidaré. Un último día, mientras esperábamos por el donante de Laura, lo único que quería era estar solo con ella. Pero su familia y amigos no paraban de llegar para despedirse, y el reloj avanzaba. Cerca de las 4 de la tarde, todos se habían ido, y estaba emocionalmente y fisicamente exhausto, necesitaba dormir. 

Así que le pregunté a sus enfermeras, Donna y Jen, si podían ayudarme a preparar la silla, que era muy cómoda, cerca de Laura de nuevo. Ellas tuvieron una mejor idea.

Me pidieron que me fuera de la habitación por un momento, y cuando regresé, habían movido a Laura al lado derecho de la cama, dejándome espacio para acostarme junto a ella por una última vez.

Facebook/Peter DeMarco

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Les pregunté si podían darme una hora sin ninguna interrupción, y me dijeron que sí, cerrando las cortinas y puertas, y apagando las luces.

Apreté mi cuerpo contra el de ella. Se veía tan bonita, así que le dije, tocándole su pelo y rostro. Fue nuestro último momento tierno de marido y mujer, y fue el más natural y conmovedor que jamás haya sentido. Y de pronto me quedé dormido

Recordaré esa hora juntos por el resto de mi vida. Fue le mejor de los regalos, y tengo a Donna y Jen para agradecerles. De verdad, tengo todo que agradecerles. 

Con mi eterna gratitud y amor, Peter DeMarco”

Facebook/Peter DeMarco

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Gracias a ese personal que se encargó de hacer de los últimos minutos de Laura y Peter juntos, los mejores.

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