Veamos… 

Todo comenzó en el verano de 2014, cuando en un día cualquiera, Carla sacó a pasear a “Benito” por el barrio bonaerense de Olivos: fue allí cuando de pronto se le acercó un hombre armado y en estado de ebriedad, quien la asaltó quitándole sus pertenencias y también a su querido cachorro de poco más de un año.

Diario La Nación de Argentina

La mujer presentó la denuncia a la policía e inició una fuerte campaña en redes sociales, además de pegar carteles por todas las calles del sector para encontrar a quien se había convertido en su compañero de vida, tras la muerte de su antigua mascota.

Ella ofrecía una valiosa recompensa, pero aún así, pasaban los días y no recibía ninguna noticia de Benito… ¿días?, perdón, me refiero a semanas, meses e incluso años. La desesperación de la mujer era evidente, y ésta se prolongaba con numerosos llamados de falsas alarmas que hacían las personas que “supuestamente habían visto a Benito.

Entonces, cuando Carla ya estaba entregada a la posibilidad cierta de no volver a ver a su querido Benito, sucedió algo inesperado…

Luego de dos años; sí, ¡2 años! el hermano de Carla, Mauro, recibió un mensaje en Facebook de un desconocido que le comunicaba que hace pocas semanas había visto un perro similar al de las fotografías de la campaña, específicamente en un centro de adopción de perros. Mauro consiguió el número de el refugio y pidió una visita para ir a reconocer al perro.

Al llegar Mauro al refugio, se enteró de una terrible noticia: Benito ya había sido adoptado por otra familia.

Diario La Nación de Argentina

No conforme con eso, Mauro le pidió a los dueños del refugio el contacto de esta nueva familia, y estos accedieron a dárselo sin problema alguno, aunque claro, antes tuvo que explicar la dolorosa historia del secuestro.

A la semana siguiente, Mauro fue a esta nueva familia de Benito para ver si por esas casualidades de la vida, el cachorro se acordaría de él. Pero lo cierto, es que de cachorro ya no le quedaba nada; ahora Benito era todo un perro, aunque igualmente conservaba su inconfundible y tierna mirada.

Y aquí viene la mejor parte…

Cuando Mauro llamó a Benito por su nombre, este lo reconoció de inmediato. Él se agachó y se le acercó despacito y Benito comenzó a olerlo con insistencia, como si buscara algo. Hasta que de repente, saltó por encima de Mauro.

¡Que ganas de haber estado allí!

La familia adoptiva comprendió la situación, y si bien estaban algo tristes por perder a Benito, decidieron entregarlo a su anterior dueño.

Diario La Nación de Argentina

Al llegar a su antiguo hogar, era como si nada hubiera cambiado para Benito, por más que él ahora ya no sea un cachorro. Algo que nos demuestra que el mejor instinto de los animales, es el que proviene de su corazón.

Carla, obviamente no lo podía creer: su antiguo compañero estaba con ella después de haberlo dado por perdido.

“Nunca dejen de buscar, nunca pierdan las esperanzas de reencontrarse con sus amigos, ellos siempre nos estarán esperando. Nunca nos olvidan, y eso nos da fuerza para no abandonar”

-Carla, dueña de Benito-